El miércoles nos acompañó la jornada un fantástico sol que nos brindó la oportunidad de ponernos las katiuskas y jugar en la finca. Jugamos a los lobos, al escondite, entramos en nuestra casita del árbol y visitamos el río, por cierto el agua estaba helada. Por supuesto, fuimos a ver al caballo blanco que estaba más cerca que otros días y pudimos observar mejor como pacía. Y lo más divertido de todo fue bajar un desnivel corriendo a gran velocidad. ¡Llegamos a clase rendidos!
También nos encontramos a los compañeros de segundo y tercero de Primaría y les enseñamos donde podían coger unas piedras ideales para sus manualidades.
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